Plagio

Es un robo de lo más despreciable, mezquino y ruin. Ocurre en determinados círculos de algunas profesiones, y diciéndolo en dos palabras es robar una idea y atribuirse el mérito de su creación.
O de su descubrimiento, o de su elaboración.

Una persona muy cercana, que se mueve en una prestigiosa universidad de un país famoso por sus adelantos y su prosperidad, se ha dado cuenta de que algunas de sus ideas, las ideas que le han llevado años gestar y dar a luz, pagando el precio de vivir lejos de su familia y de su lengua materna, con cientos de miles de horas acumuladas de estudio en soledad, pues bien esas ideas han sido desvergonzadamente robadas por supuestos intelectuales que las proclaman en público arrogándose su autoría.

¿Qué va a hacer: denunciarlos?
Supongo que si la dueña de esas ideas fuese ya famosa y con poder, el asunto seguramente terminaría en un tribunal. Todavía no lo es.
Pero lo que significa para mí este hecho (cuya protagonista es una alumna de universidad), es una completa "desmitificación" de determinado mundillo intelectual.
Creía yo que las mentes brillantes que se encontraban en esos círculos no tenían comportamientos más propios de gente con muy poca autoestima y enfermas de envidia.
Error. Señores profesores y catedráticos plagiando las ideas de una alumna.
¿Se puede caer más bajo?

Pobre consuelo es pensar que en el fondo es un halago, pues han leído tu trabajo y lo han considerado digno de mención.
Pero ¿tanto miedo tienen de la creatividad de otra persona?
Porque en el fondo de todo esto está el miedo.
El sentirse amenazado por el talento de otro.
¿Tan poca confianza les merecen sus propias cualidades intelectuales?

¿Moraleja? Muchas.
Animo a la agraviada a continuar expresando sus ideas brillantes, a ofrecerlas al mundo.
Pese a los carteristas sin antifaz y con guantes blancos.
Estoy convencida de que la vida, en sus innumerables vueltas, dará la razón a quien la tiene.
Tiempo al tiempo.

¡Feliz sábado!