miércoles, 19 de junio de 2013

Si no hay eternidad


¿Y si no hay eternidad?

¿Si tras la muerte nos hundimos en el mar sin fondo del olvido cósmico, hechos partículas invisibles de memoria, disueltas y enhebradas entre el polvo del no ser?

Entonces los destinatarios de mi amor, ya idos, solo existirán en mi recuerdo. 

Si por una vuelta del destino mi mente naufragase borrando lo vivido, ellos partirían también en la barca que no regresa nunca, alejándose para siempre, como si jamás hubiesen existido.
Dependo entonces de la memoria de otros para ser, después de haber partido.

Si no hay eternidad se perderán las infinitas fotografías que mis ojos asombrados captaron al detalle cuando niña.
Se perderán los aromas y las risas y las notas de guitarra alrededor del fogón en aquellas noches jóvenes, cuando parecíamos libres de la tiranía del tiempo.

Si no hay eternidad yo perderé tus secretos susurrados al oído, perderé tus ojos, perderé tu pelo, tu calor tu sangre tus besos…
Mi amor, te perderé aun más si cabe de lo que ya te he perdido.

Si no hay eternidad un puñado de ecos se irá amontonando en el agujero negro del silencio.
Mas ¡qué digo!
Cada instante, sin piedad, me aniquilan los sueños malheridos. Las promesas que jamás escucharé. Los «te quiero» nunca confesados. Tu ausencia siempre presente en todos los paisajes.

Si no hay eternidad tampoco habrá dolor. Ni amor. Ni olvido.

 
El pájaro espino

Conoces a Joe Black

Crepúsculo

Drácula


 

 
 

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