Cuando vivía en Madrid, en los variados pisos de distintos barrios de la ciudad, el cielo madrileño se hacía caro de ver desde la ventana-balcón-patio (según donde estuviere), y hambrienta de nubes, solía atisbarlo a trozos, recortado entre
toneladas de cemento, así que acostumbraba a dar largas caminatas para saciarme de cielo y de verde, sobre todo yendo al hermoso parque del Retiro.
Alguna vez compartiré algunas fotos que hice del parque; sólo que al hacerlas con una tecnología bastante rudimentaria, la belleza que quise captar no se aprecia mucho que digamos...
Ahora estoy en Málaga, y he elegido un pisito exclusivamente por las vistas. Nada más.
Es más que suficiente, y aquí muestro el por qué.
Las fotos han sido tomadas al amanecer y al atardecer en días distintos. Son de esta semana.
Ahí va:
Espero que les haya gustado...
¡Feliz inicio de semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario