martes, 23 de julio de 2013

Relato: luna llena

 


La luna llena era una aparición en medio del escenario nocturno. Aquel cuadro del cielo siempre había sido un consuelo para ella, hasta ese día.

Era muy tarde; sus amigas dormían en el bungalow que habían alquilado, y la playa estaba desierta. Tiró la colilla del último cigarrillo, recordando la pelea definitiva con su novio. Tanto tiempo juntos; tantos proyectos, tantos planes...

Alguna vez –lo sabía con certeza– se habían amado con locura. Quizás por ese motivo le costaba tanto aceptar aquel final.

Sintió un agudo dolor en el pecho; se dejó caer en la arena con un gemido y lloró hasta quedarse sin fuerzas, completamente agotada.

No supo cuánto tiempo transcurrió hasta el momento en que tuvo la sensación de no hallarse sola en la playa. Con los ojos entrecerrados vio cómo alguien se acercaba a ella a hurtadillas, oculto entre las sombras de las palmeras.

La joven se estremeció. No debería haberse alejado tanto del grupo. Era demasiado tarde; nadie podría ayudarla.

La luna que proyectaba su luz en las tranquilas aguas negras, fue el único testigo del ataque.

La arena absorbió la sangre; el aire recogió los gritos y el chapoteo de un cuerpo caído en el agua, que pronto la marea arrastraría hasta el fondo del mar, en una improvisada tumba.

Después, la calma.

Al poco tiempo un largo aullido sobrenatural rompió el silencio nocturno, y una sombra escurridiza se alejó de allí fundiéndose con la oscuridad.

Llegó la mañana, y las amigas que ocupaban el bungalow se levantaron con resaca.  Habían tenido sueños extraños; algunas de ellas incluso bromeaban por causa del olor a perro mojado que parecía invadir la habitación donde dormían.

Solo la paseante nocturna señaló lo que era obvio: se hallaban bajo el hechizo de la luna llena.

Entonces todas sacudieron sus patas y salieron correteando al exterior, entre ladridos de júbilo.
 
 
 
 
 
 


2 comentarios:

  1. FASCINANTE.
    TENGO UN CUENTO CON ESTRATEGIA SIMILAR, YA PUBLICADO, PERO EL TUYO ES UNA MARAVILLA

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  2. Muchísimas gracias Norma, me encantaría leer tu cuento, y me alegro de que este te guste,
    un abrazo!

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