jueves, 14 de agosto de 2014

Otra tierra, otro mar



Había una vez, en un país muy lejano, una joven que todas las primaveras se asomaba fuera de su mundo esperando la llegada del hombre que amaba.
Él pertenecía a otra tierra, a otro cielo y a otro mar; a ella esto no le importaba, porque había visto sus ojos del color de las mareas, del mismo color que su propio hogar.

Él se casó con una mujer de su pueblo, tuvo hijos con ella y llegó a creer que había conseguido toda la felicidad que era posible tener; solo que a veces, cuando las noches se volvían largas en su barca de pescador, el reflejo de la luna sobre el agua le traía a la memoria un dulce y loco sueño, en el que una criatura del océano lo esperaba todas las primaveras en algún lejano lugar.



Nota: las imágenes pertenecen a la película "Ondine".

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