jueves, 14 de noviembre de 2013

La declaración




«Mi amada». Cuando escuchó aquellas dos palabras, sintió algo en su interior, como si alguien le hubiera dado un golpe en el plexo solar, arrancándole el aliento de repente.

¿Cómo era posible que dos palabras tuviesen un poder tan grande? Habían trastocado toda su vida. Lo que hasta entonces era prioritario en la lista de sus objetivos, se transformó de repente en nada: una nimiedad, humo y espejismos; puras ilusiones.

«Mi amada». El anhelo fue tan grande, que creía que lo haría sangrar por los poros de su piel. Tenía ganas de gritar... No; de aullar su codiciosa agonía.

La pareja de enamorados había construido a su alrededor, sin esfuerzo alguno y sin habérselo propuesto de modo consciente, un universo exclusivo para ellos, mágico y perfecto, donde el amor que sentían el uno por el otro ocupaba todo el sitio del mundo. De «su» mundo.

Ellos ignoraban lo que estaba ocurriendo tras las fronteras de su intimidad. Una tormenta oscura y violenta se preparaba para caer de improviso sobre los amantes.

«Mi amada». Aquella declaración llenaba el aire la noche más larga y la más negra.

De la oscuridad surgió la sombra del intruso que había escuchado las palabras la primera vez que estas fueron pronunciadas, y que desde entonces había alimentado un deseo prohibido y devastador. Armado con un cuchillo, separó para siempre a los amantes.

El enamorado permaneció tendido en el suelo, con los brazos extendidos y los ojos abiertos, junto a un charco rojo de su propia sangre que el corazón abierto derramaba sin cesar.

Ella se desplomó a su lado; había dejado de respirar.

El intruso se quedó con las manos vacías. No había comprendido hasta aquel instante que un amor así extendía su poder más allá de la muerte.
 

 


 
Nota: las imágenes pertenecen a la película Underworld 3: la rebelión de los licántropos.

4 comentarios:

  1. Excelente, Fabiana, me encantó. ¡Qué gran final!
    Saludos...

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    1. ¡Muchas gracias, Juan! Me alegro de que te haya gustado...
      Un abrazo grande.

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  2. Que envidioso que salio este intruso.... <_< . Buena historia, anque otras tuyas me han gustado mucho más,

    Saludos.

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    1. Síí, ya sé creo que tú prefieres mi estilo más terrorífico, jajaja!
      Un saludo!

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