lunes, 10 de marzo de 2014

11 de Marzo, una poesía: A mis ausentes.


Hay sentimientos y emociones que solo se pueden expresar con el lenguaje del alma por excelencia: la poesía. Es lo que he intentado hacer con estos versos, en memoria de los que no están, y de los que aquí continuamos el breve viaje que nos toca hasta reencontrarnos por fin, en otro puerto, en otra orilla, sin dolor y sin distancias.

A MIS AUSENTES
Aquel que se fue
sin decir adiós,
un otoño ayer
un verano hoy.
Fugaz primavera
con aire de risas;
detrás es la sombra,
la gris sombra fría.
Seductor engaño
del jardín en flor:
hoy derrocha vida;
después ya no hay sol.
Alguien nos miró
tan solo una vez,
y abriendo una puerta
de pronto se fue.
No escuché su voz,
no vi más su tez;
sus manos abiertas,
su trigo, su miel.
El calor amigo
ya dejó de ser;
silencio que duele
cada atardecer.
¿Dónde están los días
que no vivirá?
¿Dónde van los sueños
que ya no serán?
Y en la fría senda
de esta soledad
surge otra pregunta
certeza, en verdad:
¿qué es lo que la noche
no puede arrancar,
ni el soplo del tiempo
lo puede borrar?
Entre las cenizas
hay chispas de luz;
una brasa tibia;
sonrío: ¡eres tú!






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